Paleolítico

El paleolítico es el primer periodo de la prehistoria. Se inició con la aparición de los primeros seres humanos sobre la Tierra, hace más de dos millones de años y finalizó con el descubrimiento de la agricultura y la ganadería (8.000 años a.C.).
 
Los seres humanos que vivieron en esa época eran nomadas, es decir, se iban trasladando en busca de comida.
Cuando los cazadores se desplazaban siguiendo a los animales, probablemente se instalaban en campamentos al aire libre y construían cabañas con troncos y pieles de animales.
Durante la estación fría buscaban cobijo en los abrigos de las rocas o en el interior de las cuevas.

Se dedicaban a la caza, a la pesca  y a la recolección de frutos silvestres. Seguían a las manadas de animales y cambiaban de lugar
cuando no encontraban comida. Formaba pequeñas "tribus" y se refujiaban en cuevas o cabaña.

De los animales obtenían la carne que comían, así como tendones para hacer cuerdas y pieles para vestirse. Para desarrollar estas actividades aprendieron a fabricar herramientas; lanzas, flechas, agujas, arpones... Elaboradas con piedra, hueso y asta de animal.

Con el tiempo dominaron el fuego, que les permitía calentarse, iluminar el interior de la cueva, cocinar alimentos y protegerse de los animales.

El arte rupestre:
Los hombres y las mujeres de la prehistoria realizaban pinturas y grabados en las paredes de las cuevas y los abrigos de las rocas, que se conocen como arte rupestre.
 
Pintaban con las manos, con plumas de ave o con pelos de animales. Utilizaban colores muy vivos, que extraían de los minerales y mezclaban con grasas de animales.

La mayoría de las pinturas representan animales del entorno y escenas de caza.
 
Los hombres y las mujeres del Paleolítico debían creer que pintando los animales facilitaban su caza.
 
En la Península Ibérica destacan dos grandes zonas de pinturas rupestres: la Cantábrica y la Levantina.
 
En la zona Cantábrica se han hallado más de 200 cuevas con pinturas en sus rocas.
Destaca la cueva de Altamira, en Cantabria, una de las mejores del mundo por la cantidad y la calidad de sus pinturas.
 
En la zona Levantina también se han hallado numerosas pinturas rupestres. Destacan la de la Comunidad Valenciana, Cataluña y Aragón.
 
A diferencia de las pinturas del Cantábrico, se hallan en abrigos y en ellas aparecen representaciones de hombres y mujeres en escenas de caza, danza, recolección...